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LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Explicación de la fiesta
La Asunción es un mensaje de
esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de
Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que
nosotros caminamos.
Este día, recordamos que
María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo
de María estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se
corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo
santo e inmaculado.
También, tenemos presente a
Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo
responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las
virtudes. Se coronó con estas virtudes.
La maternidad divina de
María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a
María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su
humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de
adoración, amor, alabanza y agradecimiento.
María cumplió perfectamente
con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la llevó a llegar a la
gloria de Dios.
En la Tierra todos queremos
llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza.
María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo
que ella posee nos sirve de esperanza.
María tuvo una enorme
confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios.
Ella es nuestra Madre del
Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.
Un poco de historia
El Papa Pío XII definió como
dogma de fe la Asunción de María al Cielo en cuerpo y alma el 1 de noviembre de
1950.
La fiesta de la Asunción es
“la fiesta de María”, la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en
su honor. Este día festejamos todos los misterios de su vida.
Es la celebración de su
grandeza, de todos sus privilegios y virtudes, que también se celebran por
separado en otras fechas.
Este día tenemos presente a
Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre, María. ¡Qué bien supo
Ella corresponder a éstas! Por eso, por su vivencia de las virtudes, Ella
alcanzó la gloria de Dios: se coronó por estas virtudes.
María es una obra
maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado original y,
por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue
manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios.
En la Tierra todos queremos
llegar a Dios y por este fin trabajamos todos los días, ya que ésa es nuestra
esperanza. María ya lo ha alcanzado. Lo que ella ya posee nos anima a nosotros
a alcanzarlo también.
María tuvo una enorme
confianza en Dios, su corazón lo tenía lleno de Dios. Vivió con una inmensa paz
porque vivía en Dios, porque cumplió a la perfección con la voluntad de Dios
durante toda su vida. Y esto es lo que la llevó a gozar en la gloria de Dios.
Desde su Asunción al Cielo, Ella es nuestra Madre del Cielo.
Sugerencias para vivir la fiesta:
Tener una imagen de la
Virgen María en el momento de la Asunción y poner junto de ésta un florero para
repartir una flor con un letrero de una virtud propia de la Virgen para que
cada uno medite en esta virtud y deposite la flor.
Coronar a la virgen María
poniéndole una corona y explicando al mismo tiempo porque llegó al Cielo en
cuerpo y alma.
Llevar y ofrecer flores a la
Virgen.
Rezar el Rosario en familia
con mucha devoción.
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