NOVENA A LA SANTINA DE
COVADONGA
"María,
Madre y Reina"
Todos los días en la
Basílica a las 18:00
La Novena de la Santina,
en la vida de los cristianos de Asturias, es una ocasión entrañable para
acercarse a la Madre de Jesús. Muchos suben a Covadonga con la ilusión de
participar en la misma.
Vienen en grupos
parroquiales o individualmente. Uno o varios días. Otros, aunque quisieran
peregrinar al Santuario, diversas circunstancias se lo impiden. Esta novena
pretende ser un momento de encuentro para todos los que queremos "Orar con
la madre de Jesús". Tiene una parte fija; otra es variable.
Parte
fija para todos los días:
1º
En el nombre del Padre...
2º
Nuestra esperanza es María, a ella acudimos pidiendo auxilio para vernos libres
de nuestros males; ella nos socorre. (Si se hace en grupo se puede cantar
"Bendita la reina" que sustituirá la antífona anterior) Se puede ir
rezado las cincuenta avemarías, según se encuentra en la página 20.
3º
Reflexión para cada día de la novena
4º
Preces:
A cada petición digamos:
R. Intercede por nosotros Madre del Señor.
* Ruega ¡oh María! por el
Pueblo de Dios
* Protege al Papa
* Ayuda a nuestro Obispo
* Haz que haya paz entre
los pueblos
* Conserva en el amor a
los esposos
* Cuida de los que no
tienen trabajo
* Que los jóvenes y los
niños crezcan en sabiduría
* Protege a los pobres
* Consuela a los enfermos
* Haz que desterrados y
emigrantes puedan volver a la Patria
* Sé alivio de los
moribundos
* Intercede por los que
han muerto
Pídase La
gracia a alcanzar en esta novena
Se rezan tres avemarías con el:
V/. Madre
mía de Covadonga
R/. Sálvanos
y salva a España
Oración final
Ayúdanos, Señora y Madre
nuestra, a vivir en comunión sincera, sabiéndonos Iglesia de Dios, hermanos de
Cristo e hijos tuyos para dar testimonio de unidad y reavivar en nuestro pueblo
la fe. Amén
Reflexión para cada día de la NOVENA:
DIA PRIMERO
Gloria
de la Santísima Trinidad
Del
evangelio de san Lucas l, -49
E1 poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo.
Dios se da a conocer a los
hombres mostrándoles su gloria, y la gloria de Dios es una expresión que se
emplea en la Biblia para designar las grandes obras que el Altísimo hace en
favor de los hombres, o sus manifestaciones prodigiosas.
En Jesús, particularmente en su muerte y su
resurrección, se manifiesta la gloria de Dios Padre y haciéndose obediente
hasta la muerte y muerte en cruz, Cristo Jesús le glorifica. Este gesto de
glorificación llega a los cristianos y la Virgen María es la primera en
beneficiarse: llena del Espíritu Santo es hecha esposa de Dios Padre y madre de
su Hijo Unigénito.
En la Virgen todo es hermoso porque en ella
se palpa la gloria de Dios. En la Virgen, al dar a luz al Salvador del mundo,
la Santísima Trinidad se dignó revelar el esplendor de su gloria.
DIA SEGUNDO
Madre
de los que son de Cristo
Del
evangelio de san Juan 19, 25-2
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre,
la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús al
ver a su madre y cerca al discípulo a quien tanto quería, dijo su madre:
"Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí
tienes a tu madre". Desde aquella hora, el discípulo la recibió en su
casa.
Por la fe y el bautismo el cristiano es
miembro del cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia y ésta nace del costado
de Jesús, nuevo Adán, "dormido" en el árbol de la cruz. A la Iglesia
Jesús le di-ce como en otro tiempo Adán a Eva, "tú sí que eres hueso de
mis huesos y carne de mi carne".
María es la Virgen madre del Señor y Jesús
al nacer de María se ha hecho nuestro hermano; María es nuestra Madre porque
nosotros somos, por el bautismo, miembros del Cuerpo de su Hijo.
En la cruz la Virgen recibió de su Hijo
Jesucristo un encargo maternal: ser madre de los que son de Cristo. A nosotros
nos toca acogerla en la casa de nuestra vida.
DIA TERCERO
Fuente
limpia de la fe
Del
evangelio de san Lucas l, 39.4345
En aquel tiempo, María se puso en camino y
fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y
saludó a Isabel... Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito...
¡Dichosa tu que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
La fe es un don de Dios y ésta brota de la
predicación de la Palabra, Cómo van a creer, afirmará san Pablo, si nadie les
predica.María es la mejor de las oyentes ya que puso su fe en la Palabra de
Dios que escuchó de boca del ángel.
La Palabra escuchada en ella se hizo carne.
Jesús fruto bendito de su vientre, Palabra escuchada y creída, fue siempre para
ella un gran misterio saboreado por medio de una meditación sosegada.
La Virgen, fuente limpia de la fe, traza
para nosotros un camino creyente.
DIA CUARTO
Virgen
siempre orante
Del
evangelio de san Lucas 1, 46-47
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se
alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
María
es la Virgen siempre orante porque constantemente observa y medita la vida de
su Hijo.
De su corazón brotó un canto de alabanza
cuan-do visitó a su prima Isabel. Ella, con el alma levantada hacia el Señor,
le da gracias constantemente.
Suplica a su Hijo Jesucristo, como en otro
tiempo hizo en Caná de Galilea, que nunca falte al hombre la alegría que viene
de Dios y que llega a nosotros por la muerte y resurrección de Jesús.
Ella nos enseña a estar ante el Señor en
una actitud de constante disponibilidad y obediencia, para que el Poderoso nos
pueda rodear con los "brazos" de su ternura.
DIA QUINTO
Triunfadora
del mal
Del
libro de Judit 9, 10-11
Destruye, oh Señor, por medio de una mujer,
su arrogancia. Porque tu poder no depende el número, ni del valor de los
hombres tu fuerza. No hay mal mayor y peor que el pecado, y no hay victoria más
grandiosa que la que se llevó a cabo en la cruz, dado que en ella el pecado fue
dérrotado por el amor de Jesús.
En la cruz el Hijo de María se muestra como
Señor que vence el pecado y la muerte por medio de su muerte y su posterior
resurrección. Gracias a ellas, el Señor abre para nosotros el camino que lleva
a la vida.
Junto a Él, en el Calvario, está María
ofreciéndose con su Hijo para la salvación del mundo. Ella, desde la cruz nos
dice: "Venid y ved" a Jesús, consagrado por el Espíritu Santo, que es
imagen visible del Dios que no se ve. "Venid y escuchad" a Jesús que
es la Palabra y Sabiduría de Dios por medio del cual Dios Padre creó todas las
cosas. "Venid y comed" a Jesús que es el Pan de la Vida que da vida
al mundo.
DIA SEXTO
Consuelo
de Nuestra vida
Del
evangelio de san Lucas 2, 15-17
Los pastores se decían los unos a los
otros: vamos a Belén... y hallaron a María y a José y al niño echado en el
pesebre. La vida del hombre está sujeta a muchas dificultades que en ocasiones
son para él causa de sufrimiento. Dios Padre no es insensible a nuestro llanto
y en Él hay un deseo de consolar.
El consuelo de Dios es Cristo, nacido de la
Virgen, que perdona nuestras culpas y cura nuestras enfermedades. Cristo es la
cabeza de la Iglesia, y la Iglesia es la Ciudad Santa de Dios. María es imagen
y figura de la Iglesia. En ella Dios Hijo se posó.
La Iglesia nos da a Cristo por medio de los
sacramentos, como en otro tiempo la Virgen nos lo dio en la pobreza de nuestra
carne.
La Iglesia y María consuelan al hombre
dándole a Jesús, en quien encontramos la alegría y la paz que brotan de su
resurrección. El constantemente nos dice: "los que estáis cansados y
agobiados venid a mí".
DIA SEPTIMO
Guía
segura de la Iglesia
De
los Hechos de los Apóstoles 1, 14
Todas ellos se dedicaban a la oración en común
junto con algunas mujeres, entre ellas María la madre de Jesús.
La Virgen María ha recorrido los caminos de
la fe, que son de confianza y abandono en la Palabra de Dios, " que ella
siempre acogió a modo de luz en el sendero de su vida ", y por ello goza
ya ríe la gloria de Dios a cuya derecha está de pie, como reina preciosa.
Asunta al cielo es para la Iglesia signo de esperanza segura.
El paso del hombre por este mundo está
llamado a terminar bien. En el regazo de Dios. La Iglesia, ansiosa de estar con
Cristo, sigue los pasos de la Virgen a fin de llegar a la glorificación que le
corresponde como cuerpo que es del Hijo de María. María es la estrella que
anuncia el día y que, por ser este día ya todo de Dios, no conoce atardecer.
DIA OCTAVO
Estrella
de la evangelización
De
los Hechos de los Apóstoles 1, 8
Jesús les dijo: "Cuando el Espíritu
Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines del mundo".
El Señor encargó a sus discípulos una
tarea: dar a conocer el evangelio. La evangelización es esencial en el hacer de
la Iglesia, y ésta aparece ante el mundo como el recinto donde se vive la
oración que brota del amor.
El evangelio que se proclama se hace
realidad en todo aquel que lo recibe con fe.
María creyó en la
encarnación del Hijo de Dios en su seno por obra del Espíritu Santo, tal como
fue anunciado por el ángel; lo celebró con su canto; lo llevó en su seno a su
prima Isabel, cuyo hijo saltó de gozo en sus entrañas al captar la presencia
del Salvador.
Creer, celebrar, anunciar a Jesucristo
resucitado de entre los muertos, es el camino que la Virgen Madre ofrece a la
Iglesia, y a cada uno de los que de ella formamos parte, a fin de que los
hombres vengan a la fe.
DIA NOVENO
Comienzo
de un mundo nuevo
Del
libro del Apocalipsis 21, 1-2
Vi un cielo nuevo y una tierna nueva,
porque el pómez cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Vi
la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios,
arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
Todo aquel que cree en Jesús, hijo de
María, como Salvador y Señor por medio de su muerte y de su resurrección, le
llena de alegría el saber que la vida de los que son suyos por la fe y el
bautismo no termina con la muerte, se transforma; sabe el cristiano que en la
comunión eucarística que ha recibido a lo largo de su vida, ha comido la Vida
que no acaba: Cristo Jesús.
La Virgen, Madre del Señor, constantemente
nos invita a que nos acerquemos a ella para que nos saciemos del fruto precioso
de su vientre que es Jesucristo.
En ella comienza un mundo nuevo porque
llevó en su seno a Aquel que, por medio de su muerte y resurrección, todo lo
hace nuevo.
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