Novena a la Virgen de la
Revelación
Primer día de la Novena
“No dejen el Santo
Rosario! Yo estoy con ustedes siempre para ayudarlos”.
La Virgen de la
Revelación, Roma 12 de abril 1947
Meditación
Como cada madre, la Virgen de la Revelación siempre dona a sus hijos las indicaciones para caminar en el peregrinaje en la tierra: “que recen el Santo Rosario” Siempre Maria propone la misma oración a todos los que piden su ayuda y asegura su presencia a nuestro lado en las dificultades como en las alegrías. El pensamiento de la cercanía de Maria Santísima nos hace sentir meno solos y aumenta nuestro coraje en el enfrentar las dificultades de cada día.
Al empiezo de estos nueve
días con Maria entregamos todo lo que tenemos en nuestro corazón a su maternal atención, pidiéndole ayuda y intercesión.
La Súplica a la Virgen de la Revelación
Virgen Santísima de la
Revelación que estás en la Trinidad Divina, dígnate te rogamos, dirigirnos tu
mirada misericordiosa y benigna.
¡Oh Maria!, tú eres
nuestra gran abogada junto a Dios que con esta tierra de pecado obtienes gracia
y milagros para la conversión de los incrédulos y pecadores.
Haz que obtengamos de tu
Hijo Jesús la salvación del alma, la salud del cuerpo y las gracias que estamos
necesitando.
Concede a la Iglesia y a
su jefe el Romano Pontífice, la alegría de ver la conversión de los enemigos,
la propagación del Reino de Dios en la tierra, la unidad de los creyentes en
Cristo, la paz de las naciones; para que podamos amarte y servirte en esta vida
y merezcamos verte algún día y darte gracias eternamente en el cielo. Amén.
Rezar 3 Avemarías con la siguiente jaculatoria:
Virgen de la Revelación, ruega por nosotros.
Dios nos guarde y la Virgen nos proteja. Amén.
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